4 Riesgos peligrosos de la mastitis en el periodo de lactancia

Las glándulas mamarias son órganos muy sensibles a las hormonas femeninas, especialmente en la pubertad, periodo en que se desarrollan y durante el embarazo, periodo en el cual se especializan. Las mamas contienen entre 15-20 lóbulos glandulares que drenan su producto (leche), a través de  los conductos lactíferos que son entre 15 a 20 orificios encontrados en los pezones. Los pezones se encuentran rodeados de un círculo pigmentado llamado areola, en esta se posan entre 20 a 25 pápulas, llamadas tubérculos de Morgagni, glándulas sebáceas encargadas de lubricar el pezón durante la lactancia, para evitar riesgos de la mastitis en este periodo.

Durante el embarazo ocurren una serie de cambios estructurales y fisiológicos, mediados por las hormonas, para que las mamas adquieran las condiciones necesarias para alimentar al bebé satisfactoriamente durante la lactancia. Aumenta su vascularización, ocurre una leve congestión mamaria, hay crecimiento de los lóbulos glandulares, ocurre un aumento de la grasa mamaria, dilatación de los conductos lactíferos, crecimiento y pigmentación del pezón y areola, todos estos cambios funcionales se desarrollan con la finalidad de preparar a la glándula mamaria para la producción y eyección de leche durante el periodo de lactancia.

Riegos peligrosos de la mastitis en el periodo de lactancia

Después del parto (de 24 a 48 horas), se produce el descenso de la leche, por acción de las hormonas oxitocina y prolactina, así como los primeros intentos de succión de la leche por parte del bebé. Cabe mencionar, que el proceso de lactancia, se genera a través del reflejo de succión del bebé, ya que es este el que estimula la secreción de hormonas encargadas de la producción y eyección de la leche.  Es en este momento, las primeras horas después del parto, cuando se produce un aumento de volumen, congestión, hipersensibilidad, dolor e incluso calor en las mamas, debido a todo el proceso que se está generando en ellas. Este cuadro es normal en esta etapa, y mejora significativamente si la madre amamanta. Sin embargo, hay casos en los que se prolonga, produciendo mastitis.

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mastitis en el periodo de lactancia

La mastitis es una inflamación de la glándula mamaria, ocasionado generalmente por una infección bacteriana. Se llama mastitis puerperal, a la inflamación de la mama que se genera por la obstrucción de los conductos galactóforos durante los primeros 3 meses de lactancia, que suele desembocar en cuadros infecciosos. Se genera entre 1 al 3% de las mujeres que amamantan. Es más frecuente en mujeres que están lactando, pero puede presentarse en cualquier mujer. La lactancia hace más susceptible de generar este trastorno a las mujeres que amamantan, debido a los cambios anatómicos y funcionales que han sufrido las mamas, sumado al trauma local generado por la succión del bebé. Por lo general dejar pasar demasiado tiempo entre las sesiones de lactancia, o por no vaciar completamente el seno, puede contribuir a desarrollar mastitis.

Algunos síntomas que puede generar la mastitis van desde la aparición de celulitis, abscesos, áreas dolorosas en el pezón, hasta fiebre y escalofríos. Asimismo la mama puede estar enrojecida, dolorosa y caliente al tacto. Por lo general solo se ve afectada una sola mama. La madre también puede referir dolor al amamantar, pero que alivia un poco al vaciar por completo la mama.

4 Riesgos de la mastitis en el periodo de lactancia:

  1. Antecedente de mastitis. Las mujeres que han sufrido de mastitis antes de estar embarazadas, o en anteriores embarazos, son más susceptibles a generar mastitis en otras oportunidades.
  2. Retrasar las sesiones de lactancia. Al dejar pasar mucho tiempo entre una sesión de lactancia y otra, colaboras a que la mama se congestione, y esto puede generar mastitis.
  3. Pezones agrietados o irritados. Cualquier lesión presente en la mama durante la lactancia, puede favorecer a la aparición de mastitis.
  4. Sufre de anemia. La anemia hace que las defensas estén bajas, haciéndola susceptible a posibles infecciones.

La complicación más frecuente de este trastorno es el absceso mamario, cavidad llena de pus, que genera malestar general y fiebre, y que se produce cuando la mastitis es tratada muy tarde, favoreciendo al crecimiento bacteriano y lesión tisular.

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Un error común de las madres que sufren de mastitis, es no seguir amamantando a su bebé regularmente. Lo ideal es asistir y consultar con un médico, y seguir sus indicaciones.

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